Tras casi dos años de recorrer el sub mundo historietístico, y no encontrar rastro de la presencia física de
Juan Caminador, llegué a convencerme de que no la tenía, y era una especie de fantasma informático, o una figura cuidadosamente inventada por alguna clase de conspiración.
Seguramente para despistarme, en ese mismo momento me envió a
Leandro, y este oportuno Siete de Espadas.


Jm!.
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